sábado, 8 de junio de 2013

TRISTE HISTORIA..Vacaciones de ensueño en República Dominicana se torna en pesadilla para boricuas


Cada verano   Jackeline  Malavé, de 33 años y residente de Las Piedras,   lo pasaba en  la Isla con su esposo y sus dos hijos de 11 y 12 años.
Pero en enero, Malavé, una de los 20 puertorriqueños que resultaron heridos  este pasado jueves en un accidente de auto  en República Dominicana,   recibió la tentadora oferta de escapar este verano en grupo a  Punta Cana    para  celebrar el quinceañero de Melisa, la hija de su madrina.
 “Nos decían que esos hoteles son una chulería,  así que dijimos que sí. Comenzamos a planificar el viaje en enero para que todo el mundo hiciera  los trámites”, dijo.    Unas 42 personas, entre amistades y familiares,  se apuntaron a  esta vacación  de una semana  sin imaginar la pesadilla que enfrentarían en Quisqueya. El grupo, incluyendo la familia de Malavé, llegó  a Punta Cana el   1ro. de junio a bordo de un  avión fletado, y durante cuatro días disfrutaron de  las instalaciones del hotel Bávaro Dominicana Beach, de   la piscina, los restaurantes,  la playa, la discoteca.   “La estábamos pasando nítido, era una chulería”, recordó.
El sexto día, el 6  de junio, todo  cambió. Tras  ceder a las insistencias de un operador de excursiones para  participar de  un paseo turístico, a las 8:30 a.m.  el grupo abordó dos autobuses tipo safari –sin puertas ni ventanas– de la empresa Manigua Adventure para visitar  fincas de café, tabaco y caña en la zona de Higüey. Pagaron $30 los adultos  y $15 los niños.
 “Cuando yo vi aquella guagua tipo safari yo dije: ‘ay, esto se puede volcar fácil’, y la gente me decía que no. Cuando nos fuimos el chofer guiaba suave, era muy precavido”, dijo.
 Visitaron la finca de tabaco, luego   la de caña y  hasta una iglesia. Pero de camino hacia la finca de café, a las 12:15 p.m., una guagua Isuzu negra que conducía por el carril contrario a alta velocidad les invadió su carril. “Cuando vimos el carro frente a nosotros nuestro chofer trató de reducir la velocidad, pero no encontraba (hacia) donde coger, porque había tanto tráfico. La Isuzu nos chocó de frente y terminamos frente a una tienda”, contó.
 La segunda guagua turística mantuvo distancia y nadie fue herido.En el impacto, Malavé recibió un fuerte golpe en la cabeza, que la dejó aturdida, y su hija de 11 años salió expulsada de la guagua. “Mi esposo me haló para poder sacarme, porque quedé guindando encima del truck de nosotros y la guagua que chocó. Luego él  corrió a  buscar  a la nena, que salió expulsada y estaba en  el piso  traumatizada, no hablaba”, contó. Afortunadamente, su hijo de 12 años solo sufrió unos rasguños.
 Los demás pasajeros sufrieron roturas y fracturas de costillas, brazos, piernas y  cabeza. Una niña de 5 años sufrió fracturas en las costillas. En total, 18 boricuas resultaron heridos.
 Malavé contó que el accidente la dejó con  11 puntos de sutura en la cabeza, una pierna fracturada y una cadera lastimada. Su hija, Yaslyn, permanecía ayer   en sala de intensivo tras sufrir varios episodios de shock por el accidente, que cobró la vida de uno de los dos  pasajeros haitianos que iban en la Isuzu.
Tras el aparatoso choque, Malavé recordó que  los trasladaron rápido al hospital, donde según ella, el trato fue “excelente”. “Yo nunca había venido a la República Dominicana y puedo decir que son tremendas personas. Nos atendieron a las millas y todos se han portado superbien, el Gobierno, el hospital, la gente del hotel, todos”, dijo.
 Rafael Juarbe, secretario auxiliar de Relaciones Exteriores del Departamento de Estado en la Isla, dijo que la oficina que tiene Puerto Rico en Santo Domingo está pendiente a  las necesidades de estos boricuas. Expuso que el dueño de Manigua Adventure se comprometió a cubrir todos los gastos médicos. “Vamos a dar seguimiento para que sea así”, dijo Juarbe, quien expuso que la mayoría de los boricuas heridos salieron del hospital, pero se desconoce cuándo regresarán  a la Isla.

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