SANTO DOMINGO.- La disposición del Gobierno de sumar al patrullaje agentes de las Fuerzas Armadas para combatir la ola de delincuencia que actualmente se vive en República Dominicana puede tener un efecto disuasivo para contener la presencia de desaprensivos. Sin embargo, no contrarresta los elementos causales del problema, según el experto en Seguridad Ciudadana, Daniel Pou.
Explica que la presencia de militares en las calles, portando armas de fuego propias de escenarios bélicos y con atuendos característicos de sus funciones, envía una señal del nivel de peligrosidad y multiplica la percepción de inseguridad que, según sondeos e impresiones a través de las redes sociales, manifiesta la ciudadanía.
"Hemos visto como a través de los años, con los picos propios que se producen en las tasas de victimización y muertes violentas en nuestro país, el liderazgo político ha considerado la militarización de la seguridad ciudadana como una opción atendible, situándose en una óptica populista ante el déficit de una verdadera política de Estado", dijo Pou a Diariolibre.com.
El gobierno dispuso que el patrullaje de seguridad preventiva sea en las principales áreas comerciales y vías de comunicación, zonas residenciales y cualquier punto crítico que entiendan pertinente para el control interno de todo el territorio nacional.
La militarización de las calles, como método para enfrentar la inseguridad ciudadana, ha sido cuestionada por organismos de la sociedad civil, como el Centro Bonó, que la considera una vía errada y herencia de gobiernos militaristas basados en la represión, y cuya consecuencia será el fortalecimiento del crimen organizado en el país.
Pero además, según Daniel Pou, da pie a preguntarse dónde están los más de 32 mil agentes con que cuenta la Policía Nacional; dilema antes debatido, pero aun sin respuesta.
"¿Estamos ante un influjo de la militarización de la seguridad ciudadana en República Dominicana?", se pregunta el experto, quien considera que el hecho de que el Proyecto de Ley Orgánica de la Policía Nacional depositado en el Congreso Nacional contemple transferir oficiales de las Fuerzas Armadas a la Policía es un elemento suficientemente preocupante para pensar en una respuesta afirmativa.
La pasada semana, el presidente de la República, Danilo Medina, instruyó que se utilicen los militares que sean necesarios para dar soporte a la Policía Nacional en el combate a la delincuencia y violencia que afecta al país.
El Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones integró la Comisión Militar y Policial adscrita a esa entidad al Plan Nacional de Seguridad Ciudadana, la cual dará servicio con ocho patrullas y 24 unidades motorizadas a más de 500 mil ciudadanos que viven y transitan en el perímetro comprendido entre las avenidas John F. Kennedy, Máximo Gómez, Sol Poniente y la Jacobo Majluta.
Explica que la presencia de militares en las calles, portando armas de fuego propias de escenarios bélicos y con atuendos característicos de sus funciones, envía una señal del nivel de peligrosidad y multiplica la percepción de inseguridad que, según sondeos e impresiones a través de las redes sociales, manifiesta la ciudadanía.
"Hemos visto como a través de los años, con los picos propios que se producen en las tasas de victimización y muertes violentas en nuestro país, el liderazgo político ha considerado la militarización de la seguridad ciudadana como una opción atendible, situándose en una óptica populista ante el déficit de una verdadera política de Estado", dijo Pou a Diariolibre.com.
El gobierno dispuso que el patrullaje de seguridad preventiva sea en las principales áreas comerciales y vías de comunicación, zonas residenciales y cualquier punto crítico que entiendan pertinente para el control interno de todo el territorio nacional.
La militarización de las calles, como método para enfrentar la inseguridad ciudadana, ha sido cuestionada por organismos de la sociedad civil, como el Centro Bonó, que la considera una vía errada y herencia de gobiernos militaristas basados en la represión, y cuya consecuencia será el fortalecimiento del crimen organizado en el país.
Pero además, según Daniel Pou, da pie a preguntarse dónde están los más de 32 mil agentes con que cuenta la Policía Nacional; dilema antes debatido, pero aun sin respuesta.
"¿Estamos ante un influjo de la militarización de la seguridad ciudadana en República Dominicana?", se pregunta el experto, quien considera que el hecho de que el Proyecto de Ley Orgánica de la Policía Nacional depositado en el Congreso Nacional contemple transferir oficiales de las Fuerzas Armadas a la Policía es un elemento suficientemente preocupante para pensar en una respuesta afirmativa.
La pasada semana, el presidente de la República, Danilo Medina, instruyó que se utilicen los militares que sean necesarios para dar soporte a la Policía Nacional en el combate a la delincuencia y violencia que afecta al país.
El Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones integró la Comisión Militar y Policial adscrita a esa entidad al Plan Nacional de Seguridad Ciudadana, la cual dará servicio con ocho patrullas y 24 unidades motorizadas a más de 500 mil ciudadanos que viven y transitan en el perímetro comprendido entre las avenidas John F. Kennedy, Máximo Gómez, Sol Poniente y la Jacobo Majluta.
Además de una reducción de las denuncias de robos y asaltos, queda por ver quién al final tendrá la razón, si las voces que se oponen a que los militares patrullen o quienes tomaron la medida.
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