Un jurado de California ordenó una indennización por 58 millones de dólares a Antonio López, un inmigrante indocumentado que fue golpeado y seriamente herido por el guardia de seguridad de un bar de Los Ángeles.
Como consecuencia de la brutal golpiza, López, de 43 años y de origen guatemalteco, sufrió daños cerebrales permanentes, no puede hablar y camina con dificultad.
Parte de su cerebro y su cráneo tuvieron que ser removidos por la cantidad de coágulos que se le habían formado.
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