Luego de todas las repercusiones que causó esta convención y esta chica en particular, surgió el debate acerca de la posibilidad de que los tatuajes en el ano se popularicen o se conviertan en la próxima nueva tendencia. Algunos dudan de que se popularicen, dado el grado de desinhibición y osadía que hay que tener para hacérselo. Pero muchos consideran que es muy posible, sobre todo después de las palabras de Jill Dahne, que en algunas partes de los Estados Unidos es una psíquica muy famosa y cuyas predicciones son aparentemente bastante certeras.
Hay que ver hasta qué punto se cumplirán estas predicciones comparando, por ejemplo, con los tatuajes en las nalgas, que se pueden relacionar en gran medida, aunque no son tan dolorosos y ciertamente no es un lugar tan íntimo, pero estos ya se vienen dando de mucho tiempo atrás y también en algún momento fueron algo original, innovador y audaz (o estúpido, pueden decir otros) pero sin embargo nunca se convirtieron en una fuerte tendencia sino más bien en la excepción de algunos pocos.
Estos tatuajes, tanto en las nalgas como en el ano, tienen la ventaja de permanecer ocultos la mayoría del tiempo, sobre todo el del ano; por eso, más allá de que se puede considerar que sea algo muy valiente y original, o algo muy ridículo y estúpido, habría que considerar qué sentido tiene hacerse un tatuaje en ese lugar.
Quizás a alguien le interese entrar en un terreno al que nadie antes llegó, desafiar los límites de lo posible, tener una marca personal única, aunque no visible, destinada a una única persona y al ámbito privado, o generar tendencia, y en este caso sin dudas casi todo eso se ha cumplido, independientemente que desde el punto de vista más convencional de los tatuajes como adorno o decoración del cuerpo y la apreciación de ellos como expresión artística puede parecer poco sensato.
¿Creen que se animarían a hacerse este tatuaje?
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